lunes, 31 de diciembre de 2012

Empezó despidiendose

Acaba este año que más bien vivirlo, lo hemos sobrevivido.
Voy a ordenar estos días de la manera más cómoda, dejando una especie de espiral melancólica para que el dolor no se cebe de mi memoria. El tiempo me ha costado tan caro que las horas no se rompían, gruesas y frías siempre han amenazado mis días, pero ya está, ya acabó. No puedo negar que no me alegre que haya finalizado este detestoso año, realmente prometo que me he odiado y te he odiado tanto que no dejaría de hacerlo nunca, ¿pero no crees que un nunca suena a siempre?. Me agobia tenerte en mente, me agobia tu mundo insensato, tu falta de valor, tu frialdad ante el dolor y tu mecánica de inspiración para joder mi rehabilitación, ésta que saldré, sé que lo haré. Pretendo volver a vernos en otras condiciones, claro, ya sabes sin ser yo la que está bajo tierra y tú en la estratosfera; no quiero ser tú más, quiero acabar. Evitaré cada noche viajar al limbo de los insomnes y los sonámbulos, ¿recuerdas? donde tantas ojeras hemos recaudado y tantos sueños nos hemos dedicado. Suena a final feliz: tú contigo, yo sin mí. 

 Por cierto, fíjate que año comenzamos, no podía ser otro que el trece, el número de nuestra buena suerte.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Mañana será otro día

Nos prometemos cada noche amanecer atravesando las barreras infranqueables, creyendo que se van a resolver los problemas que se inician con el sonido agudo del maldito despertador rutinario a la luz del sol, pero no, siempre es la misma mierda. El café no siempre estará a gusto de todos y las prisas por no perder el tren harán que olvides el trabajo que has de presentar y que has estado currando tanto tiempo. Y desde por la mañana, te envuelves en un día inaudito y a ojos de necios eres solo moléculas en acción.
Y esto somos, nos ahorcamos con nuestros propios brazos y nos ahogamos en nuestra propia saliva, matándonos día a día. Lo único totalmente cierto que sabemos es que estamos solos, somos almas solitarias que se reprimen buscando una mota de cariño.
Realmente no sabemos lo que somos hasta que no nos perdemos, como Alicia, entre sueños y maravillas.

Mis delirios de este frenético año.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Diciembre

Vaya mes más insomne. 
El frío nos derretía los pocos días que nos faltaban para completar el viaje más turbulento de aquel indefinido  momento, pero tú siempre preferiste aterrizar en la realidad, diciendo que era lo mejor para los dos.
Procuraré sigilosamente arroparte con reproches y preguntarte '¿Qué será de nuestra canción?', y poco después, armándome de valor te diré 'prevalecerán nuestros acordes, fíjate'. Cada día, el mismo rincón, la misma guitarra pretende conocer tus intimidades relatadas por mis admiraciones, pero me callo y pienso, mejor mañana. Y aquí estoy, dispuesta a pelear asaltos que solo debilitaran mis costillas, las mismas que acariciabas recreando la imaginación de una loca insensata que antes o después te sonreiría. Todo eso se acabo cuando te fuiste, sin previo aviso. 
Prometo no echarte de menos, pero prométeme tú, no te hagas notar, no más. Y hablarte de mis noches es como realizar mi propia autopsia. Todas las noches vuelves a mí, como el punto a la 'i'. Mientras la poesía y el rockanrol entran directos al corazón, me dejan tan indefensa que dormir sin ti es... ¿esto?. 

Caóticos y amenazantes serán mis versos si no volvemos a vernos.