miércoles, 25 de septiembre de 2013

"Él le puso puntos suspensivos a la historia...Ella borró dos." Ánonimo

Tres  siglos han pasado desde la última vez,
tres siglos en los que la vida no me ha enseñado nada más que, que ahora, camino sola,
y que tengo que lamerme las heridas.
Tres siglos sin la poesía que me daban tus abrazos.

Sin tu tono de voz
sin que vengas a verme
sin lamerte las heridas.

Lo que más miedo me da es que un día te dé por aparecer, sin más,
y reírte de que todo este tiempo que pensé que estaba sola
tenia la vida conmigo,
y que es la única que va a estar a mi lado hasta que la muerte nos separe.

Quiero decirte que todo va mejor,
que el corazón ya solo te echa de menos cuando late.

Que el mundo sigue moviéndose,
aunque lo matemos cada día.

Que mi economía ha mejorado desde que no tengo que darte tabaco,
ni el del antes ni el de después.

Que ya no fumo cuando hago el amor,
porque desde que te fuiste solo follo.

Solo quiero que vuelvas si me has echado de menos,
sino no te molestes en aparecer,
que estoy olvidándome de como enamorarme
y si vuelves será como llevar la chuleta al examen.

martes, 17 de septiembre de 2013

El diminutivo de poeta es poe, como Edgar

Yo era una mindundi pasajera de trenes, de esas que llevan en la mano un libro por defecto. Entre estación y estación, detenía la lectura para echar un vistazo a todos los transeúntes novatos que se unían al viaje rutinario de volver a ningún lugar, una excusa macabra para no quedarme en casa. Todos tenemos terror infranqueable a estar a solas con nosotros mismos. Iba hacia cualquier parte, porque por más que lo intentaba allá donde me bajara no podía huir aún de mí. En los buenos y malos momentos me acompañaba. Qué compañía más amarga, la verdad.  





Una vez alguien se atrevió a creer en mí. Como si fuera una clase de Dios o algo así. Yo qué sé. A partir de ese momento comprendí que creer es la única manera de crear la vida. De encontrar el destino del viaje o al menos el rumbo, sin tener que mirar el plano tres veces por segundo. También es otra forma desgraciada de perder, porque cuando apuestas sólo barajas dos opciones: ganar o perder. Pero jamás, reitero jamás, te quedas igual. 


A mi obsoleta soledad le empezó a latir profundamente arte, con tantísima fuerza que lo escuchaba noche y día la poesía, hasta tal punto que se hicieron amigas. 

 

Mundos frágiles a todo trapo.  
Ya sabéis. 
Morir por morir, pero de vivir nos ausentamos.  


Contaré también que he conocido personas más rotas que muchos zapatos, llenos de agujeros que les hacía vaciarse por dentro. Muchas veces la vejez no nos la implanta los años si no los daños. He visto sonrisas enfurecidas porque lágrimas ya hay muchas. He oído sonidos en la calle que tienen más armonía que los de muchos estadios rebosantes. Pero al fin y al cabo, todo aquello es el cálculo de un día sin sueño, un matiz de olvidar porque caminamos sin nadie a nuestro lado; dividir el pretérito pluscuamperfecto entre verbos que casi siempre solo hacen función de pasado.


Creyeron en mí, 
y a falta de fe, 
resucité,
lo que todavía no sé
es por qué.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Verdad de la buena


Lo cierto es que...

No he vuelto a soñar que me casaba, 
Ni que me besaban bajo la lluvia.
 No he vuelto a soñar que formaba una familia,
 No he vuelto a sonreír mirándome al espejo solo por quererme.

No he vuelto a tener hambre de comerme el mundo
Ni me he dicho cosas bonitas,
No he vuelto a pintarme las uñas desde que te quiero

Ni he dejado de quererte desde que acabe de soñar 
Que nos casábamos
Que me besabas bajo la lluvia
Que teníamos hijos

No he dejado de quererte desde que al que sonreía en el espejo era a ti, 
No volví a levantarme con hambre de mundo sino de ti,
Ni he gastado mis palabras bonitas en alguien que no seas tú,
No me he vuelto a pintar las uñas desde que sólo tengo tiempo de quererte o de pensar en que te quiero.


Pero claro, 
también he empezado a mentir.

martes, 10 de septiembre de 2013

"I believe in silver linings, in happy endings"

La sociedad ha decidido que sobran kilos, que las chicas están buenas si casi no se las ve y los chicos gustan si no salen del gimnasio. Han decidido que la gente se tiene que que conocer en las discotecas y las palabras se han quedado desplazadas por lo que hoy llaman música. Ya no se habla, sólo importa que lo que beben se parezca para que cuando se junten, la mezcla no les haga vomitar. Han cambiado el significado de las cosas y "guapa" sólo se puede decir si ella lleva maquillaje y no come lo que quiere y la palabra amor sólo existe para declarar sus gustos sobre lo que fuman.
La sociedad ha decidido por muchos, muchos han decidido como tenía que ser la sociedad.
Pero todo lo malo, incluso este mundo, tiene sus cosas buenas, toda tormenta tiene sus rayos de sol en algún momento, y es que aunque las nubes se vean muy negras, aún quedan rayos de sol que iluminen las cosas. Todavía hay gente que prefiere las palabras, que escapa del ruido enlatado,de los focos cegadores para dedicarte unos minutos y distinguir tu voz de los gritos en los antros. 
Por suerte, creo en los rayos de sol. Y es que siempre me ha gustado mirar al cielo, y aunque adoro las nubes y sus formas, las que tapan los colores de ahí arriba, lo que más me gusta es ver como el sol sabe colarse entre ellas, disimuladamente, dejándose ver lo justo desde fuera como para darle al cielo ese toque especial que vemos en las fotos, en los mejores atardeceres, amaneceres y dibujos. 
Los rayos de sol de este mundo son los que despejaran todo el cielo, para que algunos podamos ver el arco iris o distinguir todos los tonos cuando se pone el sol, son los que iluminarán a muchos, 
                                    los que me dan la luz a mí.

Mariposas y Huracanes. Volar sin alas

Hace tiempo que las mariposas se convirtieron en huracanes, siguen viviendo en mi estómago y me dan mil vueltas. A veces vuelven a ser ellas, y con sus alas me suben muy alto, y lo prometo, últimamente toco el cielo. Es increíble lo mucho que podemos volar los humanos sin alas, sin dejar de pisar el suelo, incluso. Y la mejor parte es que las mariposas me alzan y los huracanes me mantienen arriba. Mágico, como Harry Potter, como en los cuentos de hadas. Como esa Dorothy que viajó al País de Oz por un tornado, o como Alicia que acabó en el País de las Maravillas de tanto soñar.  
               Yo una vez soñé con esto, y es verdad que la realidad supera a la ficción.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Otra vez es Septiembre,
porque todo vuelve,
sin saber bien cómo,
ni por qué.

hola al gran madrugón,
al café,
al puto estrés,
y a rezar,
lo que sea para que vuelva el viernes.


Suerte.