sábado, 26 de julio de 2014

Ausencias

Ella siempre que follaba iba borracha,
o siempre que iba borracha follaba,
ya no lo sabia...
La cosa era que bebía a diario, y
entre sudores se proclamaba la dueña de los círculos viciosos de viciosos,
todos viscosos con sus sexos mojados y sus corazones rotos.

A mi el mundo me obligó a ver porno desde chiquitita,
camuflado en anuncios
bajo logotipos de grandes marcas
y mujeres esqueléticas jadeando por colonias caras.

A medida que crecí madure
y me metía en páginas de mujeres normales con sus buenas curvas
gimiendo por pobres fontaneros y hombres con oficios de poca monta.

Ella se quería mucho más que todas aquellas remilgadas de bragas atadas,
guardando la virginidad hasta que encontraran al hombre de sus vidas,
entregando lo que no cualquiera podía conseguir.

Pero se equivocan,
ella sabe que cualquier hombre con un sueldo medio
puede alquilarse una vagina por un par de horas.

El día que se enamore regalará lo mas preciado que tiene
aquello que cualquiera no puede conseguir,
su sufrimiento
el dolor de la pérdida.

El día que se enamore se marchará
a sabiendas de saberse amada,
porque el amor no se define entre bragas caídas,
sino en espacios vacíos
y lagrimas saladas,
ausencias.



miércoles, 23 de julio de 2014

Emancipación

Ya somos dos que nos evaporamos.
Qu me voy a algo más mío, a un nuevo blog personal
Que si dibujos y poesía y muchas cosas bonitas.

She is like Red Velvet: http://sheisredvelvet.blogspot.com.es

domingo, 29 de junio de 2014

viernes, 27 de junio de 2014

Entre tanta muerte la poesía lo es único que nos mantiene vivos

He vuelto.

Y como me dijo no hace mucho un amigo, abriendo paso a mi sombra. Encanrandome con el sol, que sin ser el enemigo es hasta el día en lo que más confío, por eso de que saldrá cuando todos se escondan. 

He planeando no tener ningún plan, para que no se me deshagan entre las manos ningún espejo, y aún menos un hasta-luego. Sobre noches que no habitaba en mi ciudad natal, llené de metáforas lo imposible, a falta de imaginación pedía calma a cada desconocido que depositaba en mi mirada una mueca con la distancia de que en la próxima copa cualquier líquido se mezclará mi tristeza, convirtiendo la sonrisa más leal en una esperanza. 

Me tatué dos ojeras llamadas distancia, di a luz ciento tres lágrimas que mojaron mi futuro. Y aquí estoy, viendo el devenir: Tejiendo sueños con taras, para que nunca los vendan. 

Esto es lo que soy y nunca seré, un montón de palabras que viajan bajo el sinsentido del vacío. Aún no sé si estamos luchando o fracasando, ya sabéis que unos buscan el amor de su vida, mientras que otros pocos vivimos la vida para buscar el amor.

Siendo como sea, 
estoy bien
pero con un cigarro estaría mejor.

Así que dame fuego, y ya veremos.

lunes, 23 de junio de 2014

Nos vemos en Roma

Me duele echarte de menos
bueno,
me duele echar de menos tu manera de hacerlo.

Cuando parecía que fueras a acabar de destruirme
me mirabas
débil, con la cara de quien tiene todas las de ganar,
y terminabas de incendiarme.

Y yo, toda Troya
me convertía en la ceniza del cigarro de después
y se me quedaba cara de ruina.

De esas que nadie habita pero que nadie destruye,
de esas que parecen sacadas de un cuento
donde no hay princesas
solo monstruos y quimeras,
y las agujas de las ruecas no son mas que verdes de hierba
a pleno sol en Julio,
capaces de dormirte para siempre
y hacerte perder un día de playa.

Echaré de menos tu forma de hacerme gritar para dentro,
de mirarme como si fueras el dueño del tiempo,
de las prisas que tenían los orgasmos por salir a verte,
del dolor de quien quiere más pero ya ha tenido suficiente.

Echaré de menos esa sensación en los lugares públicos pero desiertos,
la manía de que nos diera igual,
echaré de menos la seguridad de saberte ahí
escondido entre las embestidas,
el yang en el que te convertías después de bajarte los pantalones
la poca humanidad con la que me tratabas.


Me dijiste que no me enamorase de ti, y no lo hice,
pero me enamoré de tu forma de destruirme
con las ansias de quien quiere poco y odia mucho
y tiene todo el tiempo de su parte.

Siempre he sido más de no leer entre líneas
de equivocarme, agachar la cabeza y esperar que nadie se diera cuenta
del error,
de las ganas de volverlo a cometer,
de que fui yo la que lo encontró porque fui yo la que lo busqué.

Echaré de menos tu forma de hacérmelo.
Me paro a respirar a medio camino, tu sigue.

Nos vemos en Roma.


domingo, 15 de junio de 2014

Follar también es un verbo.

Si esperas al amor con la puerta abierta de par en par
puede entrar un impostor.
Alguien que te haga creer que el amor es un sustantivo abstracto que dura para siempre,
pero no
porque nunca ha habido palabra más concreta que esa.

El amor tiene nombre propio.

Pero si cierras la puerta
y te declaras firme e indeleble,
no tiene porque entrar,
puede morirse de hambre en tu felpudo
hasta deshacerse,
mátalo metiendo la supervivencia por la ventana.

Porque de amor no se vive,
pero de sexo sí.

Y follar también es un verbo
igual de simple en activo que en pasivo.

No como amar
en el que los aspectos no son complementarios.

Pues no es lo mismo amar
que ser amado.

Decidme si follar no es un infinitivo simple precioso.


domingo, 25 de mayo de 2014

Crash





'No todas las ojeras están hechas de madrugadas' 
el otro día se lo decía a Miriam, mientras hablábamos sobre poesía y estados anímicos que sufren mucha anemia. 

Siempre he pensado que escribir es abrirte en canal, sacar todo hacia afuera, hacer una autopsia a tus sentimientos. Y antes de ayer recordé que se me ha olvidado escribir, que hace mucho que no lo hago, que esto que leéis es solo un conjunto de letras con un poquito de coherencia porque lo que es cohesión, está falto. 

Lo más noble que puedo decir es que sé que algún día volveré, sé que volveréis a tacharme de poeta sin serlo, pero sin dejar de ser; me aplaudiréis felicitandome por un rima que no es leyenda pero tiene mucho de Bécquer; y sonreiréis y me haréis más feliz por cada abrazo que en la vida real es el "me gusta" más sincero que conozco.

Ahora todo se ha llenado de madrugadas y amaneceres, ha vuelto el miedo con su careta de barro. Y se me ha deshecho en la cara. Mi baile nupcial con palabras que no acaban, sino bostezos en metros a las ocho de la mañana. Ante minutos de espera de una canción en replay, es decir interminable, cerca de personas que únicamente me ofrecen una satisfacción exterior finjida. 

no sé como caminar, no sé qué hacer, no sé, odio no saber. 

pero la autodestrucción como método de avance está de putisima madre.

volveré lo prometo. 










domingo, 18 de mayo de 2014

Me has hecho primavera

Me has deshojado entera
en esta batalla de te quieros,
y me han crecido nuevas hojas, 
me has renovado desde dentro.

Me has hecho un sitio en el año,
me has florecido el invierno.
Me envidian las amapolas,
dicen que les he quitado su hueco.

Me he dejado ganar, 
me han vencido tus besos,
me he tirado al suelo,
he echado raíces
y me han crecido pétalos.

Me ha mecido tu brisa,
eres mi soplo de aire fresco.
Me ha regado tu risa, 
mis flores han ido creciendo.

Me has convertido entera
en una estación del año,
me has llenado de colores:


















miércoles, 14 de mayo de 2014

Oda a la primavera número 435

He visto las flores más bonitas de Madrid
querer morirse por un beso tuyo.
Las vi marchitarse una tarde de abril
en aquel remoto día uno.
Las flores eran tan suaves como los senos
de una púbere absorta.
Ahora su olor queda muy lejos
y me trae recuerdos a la memoria.
He visto las flores más bonitas de Madrid
querer morirse por tu mirada.
Las vi secarse como si fuera junio
mas sin embargo no era verano.
Ahora su aroma se ha marchado
y el aire que respiro me llena de oxígeno.
He visto las flores más bonitas de Madrid
querer morirse por un beso tuyo.
He visto cómo te marchabas por la puerta
sin decir adiós a tu ramo de flores.
Te he visto abandonarte en tu hoguera
e irte sin aprovechar tus dones.

martes, 6 de mayo de 2014

Azul

Eran las 16:24 cuando entablé conversación con el hombre del metro. Vestía pantalones chinos azul marino con un claro desgaste, un polo rojo deportivo y unos zapatos viejos de color negro que parecían haber sido elegantes en su día. Su pelo era blanquecino, aunque tenía más bien poco. Por su parte, en su expresión había cierto aire de enfado, asco y sorpresa. Antes de que molestarle hablándole se encontraba haciendo un pasatiempo en una revista de las que incluyen sopas de letras y sudokus. Al tener el cuaderno cerca de la cara, se podían ver sus manos que eran asombrosamente juveniles. Sin embargo, sus uñas eran amarillentas y carcomidas. A su lado llevaba un carro con cajas de madera, atadas a éste mediante una cuerda verde. Cuando menos me lo esperaba, pegó un grito al aire:

- ¡Joder! ¿Esto qué es?- Y siguió resolviendo el autodefinido.

Cada vez se subía más gente al metro. A mi lado izquierdo tenía una mujer que llevaba un cuaderno semejante al del señor del metro. También había una mujer con los ojos vidriosos, otra que miraba el móvil y una mujer mayor a la que no cedí el asiento. Otra mujer me miraba quisquillosa. Sus ojos eran bonitos, de un tono verdoso profundo. No sé por qué me miraría, pero yo empecé a imaginarme su vida. De hecho, empecé a imaginarme la vida de todas las personas de mi vagón. Imaginaba que la mujer de los ojos vidriosos lloraba por dentro, asqueada por su trabajo. Seguro que tenía hijos y un marido al que no quería. Por su parte, la mujer que resolvía sudokus a mi lado era una ejecutiva de bajo standing que tenía que viajar en transporte público para llegar a fin de mes. La chica que miraba el móvil estaba discutiendo con su pareja. Estoy seguro. Y la mujer que me miraba veía en mi un parecido con un familiar. Seguro que ella también empezó a imaginar mi vida.

Sin embargo, del hombre del metro con el que entablé conversación no me hizo falta imaginar su vida, pues ya la conocía. El hombre del metro con el que entablé conversación era un fantasma. Sí, eso es, no podía ser otra cosa. Yo lo sabía. Nada más verle lo supe. Su vida diaria consistía en asustar niños, en ahuyentar los habitantes de las casas, en definitiva, hacer todo lo que hacía un fantasma. El señor del metro con el que entablé conversación estaba muerto. Estoy seguro.

Eran las 16:24 cuando me bajé del metro y me choqué con un hombre que iba haciendo autodefinidos. Fue entonces cuando entablé conversación con él.

-Disculpe- Le dije.

Y sonrió.

Oda a la primavera II

Ya puedo oler las flores,
estuve tiempo sin olerlas.
Su aroma, un eco
Su color, la belleza.
Veo venir las mariposas
a apoyarse en mi ventana.
Su aleteo, una danza
Su sombra, el deseo.
Mis delirios se olvidaron
en un momento como éste.
Los sueños, mi inconsciente
Los recuerdos, mis razones.
Veo volar las cenizas de mi incienso
hace tiempo que no las veía.
El humo, mis sombras
El polvo, la vida.
El Sol me calienta las entrañas
que estaban frías hace unos días.
Su luz, mi tiempo
Y su calor, una suave melodía.

lunes, 28 de abril de 2014

Díselo tú que yo me voy.

No amar
debe ser
como estar en Pompeya
cuando estalló el Besubio y no tener a quién salvar,
como que llegue el Verano
y no tener rutina de la que huir,
ni guarida a la que llegar,
ni despedidas antes de marcharte.

Como una infancia sin familia,
un amanecer sin sol
o una cama sin sábanas.

Lo que quiero que hagas
cuando no tengas hogar que dejar atrás,
es agarrarle la mano al primero que veas
y decirle que no está solo.

Pasarán dos cosas,
podrá mirarte como si estuvieras loca
o quizás se enamore,
aunque no se dé cuenta
de que tú
nunca podrás enamorarte
porque nunca has tenido rutina
ni hogar.

Ni escombros de los que salir
ni ruinas que reconstruir.

Debe de ser horrible no tener ruinas...
no sentirte arrasado por el huracán que se desata en un beso.

Dos lenguas asediando una boca ajena
hasta la muerte,
del beso digo.

Podría decirte que siempre hago lo correcto,
pero tendría que beberme mi copa, la tuya y la de todos mis compañeros
pero la mía primero.

No creo en Dios,
pero creo que deberíamos ir al aeropuerto,
para aplaudir a los que ya han tenido el valor de marcharse.

El valor de marcharse...
algún día lo encontraré,
y cuando me marche...
Cuando me marche díselo,
cuéntaselo todo.

Dile que fui yo,
la que tiro la piedra y escondió la mano.

Que fui yo quien le hizo no mirar atrás,
y por eso no pudo ver como me marchaba.

Dile que fui yo
quien nunca se rindió al capricho del amor,
que fui yo la que se arranco la flecha cuando ya se me había hundido en el pecho,
dile, que nunca encontré la punta,
que la carne se curó y la piel se cerró encima.

Dile que tuve el valor de marcharme
con la punta de flecha clavándose más en mi a cada paso que me alejaba.

Dile, a aquel desconocido,
 que le he soltado la mano
pero sigo caminando...

Has roto mi brújula, te señala a ti

Hoy ha salido el sol por el oeste,
le he visto tapar a las nubes,
ha nublado todo con su luz.

Hoy la luna ha eclipsado la noche,
ha llovido desde el suelo
y ha mojado todo el cielo.

Hoy me he caído del techo,
me he despertado en la cama,
con la cabeza en los pies
y los pies en la almohada.

Y ya no sé si soy tú
o eres yo,
pero me has cambiado todo,
y no encuentro nada en ningún cajón.

Hoy ha salido el sol por el oeste
porque te has despertado a mi derecha
y yo he perdido el norte.

domingo, 27 de abril de 2014

Sabina me ha robado a mí el mes de Abril

 Hola,
qué tal,
he pasado por aquí 
para describir
mi ajena metamorfosis. 

hay inviernos por encima de nuestras 
manos, 
y manos por encima de nosotros. 
en este juego de caricias perdimos,
porque ganar significaba caer por un   precipicio sin principio. 

Os hablo, permítanme:
Del día que me arrancaron las plumas
y me dejaron unas flacas alas invertebradas;
desde entonces volar es de suicidas o cómo experimentar libres caídas. 


Fue una noche cualquiera,
quizá de Mayo,
quizá por Tribunal,
estaba frente
poetisas que son más putas que las propias musas.  

Unas cualquieras que vivían por fuera 
creyéndose indestructibles,
 y por dentro tan rotas, 
que ni el mejor músico re-componerlas podría.

Puta vida y puta soledad, me decía.

La mía, la soledad digo,
que está al fondo de una copa de champagne,
con anillos de plata y algún que otro "para(hasta)-siempre".

Deshojando rosas rojas en vez de margaritas;

"Me quiere o me quiso" 
ahora no lo recuerdo,
que alguien te quiera puede estar bien;
que alguien te haya querido,
eso, no sirve absolutamente para nada. 

Sólo para metamorfosear
para bien o para mal,
o únicamente 
para no dejar de beber en este bar. 

sábado, 26 de abril de 2014

Balas disparadas que en tu espalda se clavan

Ha habido un tiroteo en la calle Diamante
"Ya no eres como antes" decías,
y tus palabras chocaban con las mías
cuando te miraba a los ojos
y te pronunciaba "mentira".
Ha habido un accidente en la M-30
"Ojalá no te hubiera conocido" pensé
y mis pensamientos atravesaban los tuyos
cuando no me mirabas a los ojos
porque ni siquiera te atrevías.
Ayer atracaron el Banco de España
"No deseo que salgas de mi cabeza, deseo no haberte dado el placer de haber estado en ella"
se me escapó en voz alta
cuando tu ya ni llorabas
cuando ahora tu me dabas la espalda.
Mentiría si dijera que ahora me va peor.
Ahora me miro y me quiero
o eso me digo cuando me veo.
Mentiría si dijera que no te he sustituido varias veces
tantas como tú a mí.
Ahora vivimos mucho más felices.
Ha habido un tiroteo en la calle Diamante,
un tiroteo de tus palabras contra las mías,
de mi mirada contra la tuya,
de mis voces en alto contra tu espalda.
Pero, sobre todo, ha habido un tiroteo en la calle Diamante
un tiroteo de mis carcajadas al verte.

lunes, 21 de abril de 2014

Quería decirte que soy un sol mojado.

Quería decirte algo
pero no sé como empezar,
porque no te he visto,
y es irónico que lo que te quiero decir
tenga que ver con decir,
porque lo que quiero decirte
es que me inspiras a escribir.

No estoy enamorada de ti
ni nada,
pero he de reconocer que me tienes absolutamente loca.
No loca por ti
sino loca de loca.

Porque me haces antítesis
y yo siempre fui metáfora.

Porque me da vértigo verte,
como si estuviera a punto de hacer puenting en la torreiffel,
en París, la ciudad del amor,
que no tiene nada que ver contigo ni conmigo.
Y a la vez siento como si me acabara de dar un guantazo contra el suelo,
hundiéndome tres metros bajo tierra,
que es donde quiero meterme cuando te veo
y que te metas en el agujero conmigo.

Que me haces estar en una nube y
a la vez andar descalza por el barro.

Que tengo la necesidad de tocarte,
pasarte la mano por el brazo,
y cuando te rozo salgo disparada en dirección contraria.

Que te miro la boca y no quiero que pares de hablar.

Pero te callaba a besos.

Que quiero darte un abrazo
mortal
hasta que dejes de respirar
por ella
y luego reanimarte con mi propio oxígeno.

Ojalá pudieras verte como te veo yo cuando llegas.
Pareces un ángel caído
un desierto lleno de dunas que se derraman de mis bolsillos.

Me asaltan mil dudas
y una certeza muda.

El agobio y la libertad se pelean en mi espalda por ponerme las cadenas.

No se si gritarte que me encantas
o callarme para siempre.

Dos besos,
uno por mejilla,
y el mundo y su odio se marchitan en cada roce.

Y dejo de ser metáfora
para ser antítesis,
un sol mojado de Baudelaire.


sábado, 19 de abril de 2014

Sábanas mojadas

Hace años éramos adictos a los miedos,
no soportábamos la oscuridad,
yo temía mojar la cama
y descubrirlo por la mañana.

Cuando era pequeña temía a los monstruos:
el de debajo de la cama,
el que colgaba de la silla,
el abrigo que me observaba.

Me apagaban las luces y salía corriendo,
me ponía a llorar
y temblaba de miedo.

Pero ahora... he crecido tanto,
me apagas la luz y tiemblo
de ganas de tenerte al lado.

El monstruo ahora vive dentro,
a veces se mete en mi cama,
me hace enloquecer,
no le tengo miedo,
ahora me da placer.

No temo a la oscuridad
porque ahora me acompañas.

Ahora mojo las sábanas
y me despierto ocupada,
con la mano entre las piernas,
con la boca entreabierta
y contigo
              enredada.

domingo, 13 de abril de 2014

Todo sobre mi madre

Me desperté con la sensación de que iba a ser un mal día. Según abrí los ojos pensé en con quién había tenido este sueño, y la idea de haberlo tenido con alguien del pasado no era agradable para mí. En el sueño estábamos un viejo amor y yo en un parque con aire encantador pero ligeramente místico (parece que, en mi inconsciente, incluso los parques esconden algo). Ese parque tenía forma de laberinto pero sin serlo, es decir, sus caminos se retorcían pero con sólo seguirlo se llegaba a la salida. Había flores moradas que olían a cementerio. Mi viejo amor y yo paseábamos; él tenía algo que contarme, pero para ello teníamos que llegar al lugar del parque donde yo me había declarado algunos años atrás. Ese lugar era un nido de arañas. Desperté sin saber qué quería decirme, aunque podía intuirlo.
Si tuviese que describir en una palabra a mi madre usaría la palabra depresiva. No hay adjetivo que le describa mejor. Su cabeza me da miedo, terror. Pánico. Lo que hay dentro no es un misterio, es más, cualquiera podría adivinarlo. Pero nadie quiere hacerlo, todos prefieren ignorarlo. Mi problema es que yo no quería ignorarlo, yo no quería ignorar nada. Tenía ansias de saber, de indagar, de estar en su cabeza. En la cabeza de todos. Y tiene sus repercusiones.
El día no fue tan malo como pensé recién desperté, pero sí que fue un mal día. Pero claro, estamos en primavera, y al fin y al cabo la primavera es una estación más triste incluso que el invierno. De hecho, la primavera es la estación más triste.

domingo, 6 de abril de 2014

Tu mano en mi sien

No quiero hablar:
Quiero saber,
Quiero calmar esta ansiedad.
Quiero escuchar,
Quiero quehacer,
Quiero que vengas por mí más.
Y descubrir
Toda tu verdad
Todas tus ansias de la realidad.
Quiero sentir
Tu mano en mi sien
Y que me apriete hasta reventar.
No quiero ver
Tu piel con la sal
De aquellas playas que no tienen mar.
Déjame mirar
Tu eternidad
Más profunda que mi océano personal.
Rómpeme en dos,
Párteme en tres
Y libérame al final.
Y es que quiero nacer
En la libertad
De poder morder la fruta del mal.
Te hago saber:
No hay nada más
Puedes quedarte y aguantar.
Lo intentaré
No hacerlo mal
Pero necesito una señal.
Puedo querer
También puedo odiar
Decídete y dime la opción A.
Y cuéntamelo ya
Si habrá algo más
O es un golpe de mi vieja amiga: la infelicidad.

martes, 1 de abril de 2014

La lluvia no siempre cae igual en los cristales.

Cuando iba en el tren me senté frente a un chico. Tenía un peinado cuidado, con su flequillo echado hacia atrás no sé con qué. No parecía gomina pero tampoco ningún producto de sujeción que yo me hubiese echado antes. Su mirada era inquisidora pero, a la vez, se advertía en ella una timidez causada por un secreto guardado. Veía en él un reflejo de mi rostro, de mi personalidad. Era como si un espejo se situase delante de mi asiento. Pero esta vez no era un reflejo, sino otra persona.
Eran las 12 de la mañana y había empezado a llover antes de que saliera de casa. Pude verlo mientras me vestía al salir de la ducha. La lluvia era finísima y dibujaba líneas aleatorias en la ventana de mi habitación que me hacían pensar en el pasado. Por quedarme pensando en cosas que no llevan a nada volví a llegar tarde a mi cita con la vida normal. Perdí el tren, pero me gustó perderlo. Me gustó cambiar de tren.
Ahora veía la lluvia detrás del chico de enfrente. Esta vez era más fuerte, más intensa. No había nubes dibujadas en el cielo, sino más bien una masa gris, uniforme y descomunal que llegaba a ennegrecerse por algunas zonas. Realmente asustaba. Fuera tronaba, y dentro yo me imaginaba la vida del chico de enfrente.
Siempre encontré divertido imaginarme la vida de los demás, de la gente de la calle con la que me cruzo y no me volveré a encontrar. Aunque debo admitir que nunca acabo terminando la historia porque siempre termino divagando y recordando historias de mi vida real. El caso es que me pasó algo distinto con el chico de enfrente. Empecé a imaginarme su historia, su vida. Qué escondía. Su secreto. Tal vez la razón de mi insistencia fue verme a mi en él, verme por dentro pero dado la vuelta. Yo no escondía secretos, él sí. ¿Serían sus secretos los mismos que yo me atreví a contar?
Llevaba puestos unos cascos negros anchos de alta fidelidad e intenté alzar la cabeza para escuchar su música, pero estaba demasiado baja como para poder apreciar sonido alguno. Sin embargo, estaba seguro de que conocía la canción que estaba escuchando. Sujetaba su chaqueta encima de las rodillas, como si tuviese calor pero no el suficiente como para guardarla en la mochila que tenía en el suelo. Me miró.
La próxima parada era la mía. Creo que volveré a perder el tren de mañana, tengo una historia que terminar.

Me declaro naranja a medias, y tan feliz oye.

Cuando más se aprecia la vida
es cuando ves
como se le escapa a alguien a quien quieres.

Anoche mi abuelo me dijo en un sueño:
"No esperes a que te falte el aliento para decir aquello, para lo que ahora, te falta valor".

Al día siguiente comí en su casa,
y cuando iba a decirle que le quería
las palabras que se atropellaban en mi boca quedaron reducidas a un "que tal estás".

Y el manantial que me dio de beber la noche anterior
comenzó su etapa estival,
y de repente me faltaba aliento para todo.

Hasta para sentir,
Y no es que dejase de decir lo que sentía,
sino que simplemente dejé de sentir.

Y sacié mi sed con el alcohol de las heridas,
 y las heridas las dejé sucias.
Llené el vacío de mis piernas con el pecado más carnal.

Me convertí al rock y le recé al roll,
cada mañana una oración,
con un dios distinto en el otro lado de la cama
y el mismo sol en días dispares.

Llegó la primavera, y la lluvia se llevó todo lo malo.

Y volví a sentir,
entonces llegó la lástima,
luego el miedo
y me enamoré de cada uno de mis temores,
me enamoré de estar sola,
me enamoré de no verle.

Me declaré sumisa de las cinco letras de su nombre
y me rebelé contra mi dueño.

Rompí todos los relojes
en todos los días
que me levanté con el pie derecho.

Y luché por el izquierdo.

Por el vértigo de verte al otro lado de la calle,
por la ilusión de un regalo cuando no es navidad,
ni tu cumpleaños...
Por la ilusión de que el regalo sea cerveza.

Por sus pies fríos esperándome en la cama,
sus manos calientes desnudando mis prisas,
por su sexo hundiéndose en mi conciencia
y creando un nuevo concepto de responsabilidad civil.

Por la humanidad de los lunes
y la guerra de los viernes en el bar.
Por el precipicio en el que caigo los domingos
y el dinero que no me gano pero me gasto.

Por su felicidad,
esa extraña que no quiere ser mi amiga,
esa que ya tiene dueña.

Por los monstruos de debajo de mi cama,
que ya son mis amigos.

Por ser feliz pero no con él,
porque sea feliz pero no conmigo.

Es por esto por lo que lucho,
por separarnos
en lo bueno y en lo malo,
en la salud y en la enfermedad,
en la riqueza y en la pobreza,
en la sobriedad, no en la ebriedad,
en la realidad, no en el recuerdo,
hasta que la torta que se dé contra el muro nos una
y el propio muro nos separe.

Me declaro naranja a medias,
y tan feliz oye.

lunes, 31 de marzo de 2014

Himno al amor propio

Hoy voy a decirte
que me quiero más que a ti,
yo que siempre he estado conmigo,
que intento hacerme feliz.

He decidido hacerme un poema
de amor verdadero,
he decidido dedicarme unos versos,
a ver si me quiero.

Y es que creo
que me lo merezco,
por hacerme heridas
y curarme al completo.

Porque como yo no hay nadie,
voy a escribirme un poquito,
que más vale pronto que tarde
para empezar a adorarme.

domingo, 30 de marzo de 2014

Beneficio dubitacional

No sé cómo el mundo se atreve a girar
como si nada hubiera pasado
ni sé tampoco por qué el reloj sigue haciendo tictac
contando segundos maniatados,
rotos,
deshechos
en micras de segundo.
No sé por qué sigue tronando
como si fuera invierno
ni sé tampoco por qué sigue lloviendo
cayendo gotas de las nubes,
rotas,
dispersas
en mi rostro marchito.
No sé por qué sigo preguntando
preguntas infumables
que ni el peor de los fumadores se fumaría
porque son peores que los cigarros,
mortales,
feroces.
Entonces ven y dime, ¿qué sé?
Si sólo sé que me duele dentro
pero no sé por qué
porque lo he enterrado.
Basta ya de preguntas, quiero saber
qué acabó pasando
qué me está pasando.
No quiero el beneficio de la duda
No quiero seguir dudando
Quiero poder vivir
sabiendo.
Socorro.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Mentiras por ceguera

Parece que no te das cuenta
que te estás engañando a ti mismo
que no te miento yo
que te mientes tú.
Parece que no te das cuenta, no
de que no soy un mártir con una cruz
porque nunca fui creyente
y ahora no creo ni en ti.
Parece que no te das cuenta
de que nadie volverá arrastrándose, y yo menos
porque nunca fui un gusano
y mucho menos ahora.
Parece que no te das cuenta, tú
que tanto presumías
que tanto me decías
que me querías
que me amabas más cada día
que el problema al final no era mío.
No te voy a mentir, me las apaño
sobre todo si un día vengo
y leo todas tus mentiras
todas las creencias de un ciego
que no quiere ver.
Realmente lo que pienso
es que eres tú el gusano
no por arrastrarte, ni mucho menos
sino por caer tan bajo
de ir por ahí a hacer daño,
de ir por ahí a decir mentiras.
Sigue engañándote y me olvidarás rápido
pero espero que algún día
remoto, lejano,
vengas y me digas: perdón.
Tendré que decidir entonces
si te mereces mi absolución.

Estrangulando al ahogo

He decidido matar las cosas que me hagan infeliz,
sin miramientos,
tengo balas.

He decidido volarles la cabeza,
que salgan volando las vísceras,
he reventado a la pena.

Les he pegado un tiro a algunos recuerdos,
jugué a la ruleta rusa,
jugué con el cargador lleno.

He rajado a lo malo,
he clavado cien puñales,
he abierto mil heridas,
y he visto tanta sangre...

He hecho autopsias cuando aún respiraban,
las he abierto por la mitad,
he buscado en lo más hondo,
he hecho daño al dolor.

Y es que he dado el paso,
voy armada hasta los dientes,
tengo munición de sobra.

Voy a asustar al miedo,
voy a apagar la luz,
voy a disparar al cielo,
espero que caigas al suelo.


sábado, 22 de marzo de 2014

El tiempo es un homicida cruel

Llevo días intentado escribir, 
y no me conformo con nada,
así como en la vida.

Quizá mi problema en ese caso es que soy demasiado frágil y no paran de romperme. Soy ese jarrón que alguien estrella contra el suelo para llamar la atención, una vez que me hace trizas se siente mejor, más aliviado, y luego intenta reconstruirme sin saber que hay trozos que a saber donde han ido a caer. 

Día 12

Ya nada puede salvarnos
Pasa el tiempo
El viento
El frío
Y tú no te das cuenta
Pero yo me congelo.
Ya nada puede salvarnos
Pasan los días
Las sonrisas
La alegría
Y tú no te das cuenta
Pero yo desfallezco.
Las cicatrices se curan
Y no quiero hablar de ellas
Porque acabarás siendo una
Y te curarás.
Las tormentas cesan
Pero, aunque salga el Sol
Y se marchen las nubes
Siempre habrá más.
Ya nada puede salvarnos
Pasan los días
Pasa el tiempo
Pasa la vida
Y tú te vas.

jueves, 20 de marzo de 2014

Esta vez gano yo

Tú:
como las pinceladas
de la Noche Estrellada,
tan rebeldes y precisas
tan bellas
y discontinuas
que me fascinan.
Como las vistas desde un psiquiátrico
me has vuelto loca.

Tú:
Como las cartas de Keats
como ser yo tu Fanny,
como recitar a medias.

Tú:
como las nueve musas,
con todas las artes
eres mi danza,
mi historia,
elegías y retórica,
mi épica, mi elocuencia.
eres mi tragedia y mi comedia,
astronomía, astrología,
eres mi música.
Eres Zeus al crearlas,
yo por suerte, tu Mnemósime.

Tú:
Como la pasión por la demencia
de todo gran artista
(tú me has vuelto insana)
Como las drogas y el alcohol
de grandes pintores y poetas
(me has vuelto adicta)

Tú:
que por ser tú
eres mi mejor apuesta.





lunes, 17 de marzo de 2014

insomnio #917231

y quisiera besarte
aunque sea lo último que haga,
o que tú me dejes hacer.

quiero enseñarte a volar por la ciudad 
creer en lunas pseudo llenas,
tararear a la tristeza,
con esa sonrisa
tuya y mía.
nuestra.

no vernos más, 
y vernos en sueños,
allí donde siempre me esperas
para que te recite la poesía que nunca supe escribirte, esa poesía que tú me enseñaste.

tú, vaya.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Poema muerto

Estoy sintiendo cómo me falta el aire
Cómo me ahogo
Cómo las lágrimas recorren mi rostro
Tumbado
Cómo me hundo en la cama
Cómo mis ojos lloran la almohada
Que un día olió a ti
Y ahora huele a mí
Roto
En mil pedazos.
Cada vez me falta más el aire
Pero no puedo gritar
Porque nadie me oye
Ni tú
Porque estás tan lejos
Tan, tan lejos
De mí
Que mi voz
Ahogada
Se pierde en el viento
Se rompe
En mil pedazos
Como yo.
Cada vez lloro más fuerte.
Me levanté
El frío rozó mis mejillas
Encharcadas
Como mi almohada
Como mi alma
Y no quise verme al espejo
No quise ver mi mirada
De necio
Por dejar que esto pasara
Por dejar que lo que no tuvo que pasar
Pasara.
Me tumbé de nuevo
Me atasqué en el tren
De mis pesadillas
En el que todo el mundo miraba hacia delante
Y yo iba de espaldas.
¿Dónde estás?
No dejes que me ahogue
En mis mil y una lágrimas
Que si las encerrase en un bote
Ahí tendrías mi alma.
Ahora mi cuerpo tiembla
Nota todos los reproches
Que un día nos dijimos
Y ahora me muero esta noche.
Y ya no sé cómo mirarte
Si ni siquiera puedo
Con estas lágrimas
Que ahogan mi cuerpo
Inerte
Herido
Y que yace muerto.

martes, 11 de marzo de 2014

Primavera sin flores

Nunca imaginé
Una primavera sin flores
Y aquí está:
No sólo no hay flores
No hay luz
Ni cielos azules.
Nunca imaginé
Un corazón podrido
Mas así es el mío
Por lo que estoy harto de sentir:
Culpa.
Todos tuvieron sus primaveras tristes
Y aquí llegó la mía
Una primavera vacía
Inerte
Otra vez.
Nunca imaginé
Que mi marzo fuese de otoño
Que mi marzo fuese de lluvia
Y de unos cuantos licores
Para mi culpa.
Nunca imaginé
Un corazón podrido
Menos en una esquina
En la que están tus recuerdos buenos.
Nunca imaginé
Que sólo hubiera flores
En aquél rincón de mi corazón
En una primavera como ésta.
Nunca imaginé
Que el sueño me abandonaría
Que no pensaría
Que no sentiría
Más que dolor
Otra vez.
Pero me atormenta la idea
De que fui yo
De que nunca me di cuenta
De que no soy de tu hemisferio
Y por eso, cuando tú floreces,
Yo me marchito
Yo me muero.

lunes, 10 de marzo de 2014

Segundas partes nunca fueron buenas.

Enamorarse por segunda vez
cuando ya habías perdido toda esperanza
debe ser como levantarse del coma
después de un intento de suicidio.

Menuda putada.

La misma mierda otra vez,
con mariposas distintas
y otros ojos a los que mirar con esperanzas de un futuro incierto.

Tener que volver a vivir lo mismo,
la segunda oportunidad,
con otro nombre
o con el mismo, quien sabe.

Como una copa encima de una barra en la que no has bailado,
como que te pidan jugar de repente a escondite,
como un primer orgasmo,
como una primera segunda vez.

La misma ilusión distinta,
ese instinto incontrolable de supervivencia.

Como ver tu cara desde la camilla del hospital,
esperando algo de mi,
las vías clavadas en mis manos,
como si me hubieran crucificado por querer más.

Como cuando en la cama te pido que pares y es lo último que quiero que hagas,
y esos valores que pierdo por la noche y encuentro por la mañana,
tú,
la vitamina B12 después del etílico.

La botella vacía,
la última copa.

El "¿porqué lo hiciste?" después del coma
la explicación que no quiero dar
tú.

Quítame la idea de suicidio de la cabeza.

Desvanecerse a las 00:18

Para cuando los colores pastel
se vuelvan oscuros
tú y yo habremos huido.

Cuando las hojas se caigan
(de nuevo)
y se apaguen la primavera y el verano
y el frío inunde las calles,
para entonces nos habremos ido.

Y para cuando las nubes lo cubran todo,
cuando tus pinceladas sean amargas
y mis versos breves,
para cuando no sepas qué decirme
y yo me calle.
Para cuando los silencios suenen
y nos duelan los oídos,
para cuando gritemos en silencio,
para entonces ya no estaremos en el mismo sitio.

Hemos corrido ya muchas veces
nos hemos corrido mirándonos a los ojos,
nos hemos marchado del peor lugar
y hemos llegado a nosotros mismos
a los mejores orgasmos.

Nos hemos ido a la vez,
y tú a mí
y yo a ti.
Así que quítate los zapatos que nos vamos,
quítate la ropa, que tenemos que salir corriendo.
Desnúdate, que tenemos que llegarnos.

lunes, 3 de marzo de 2014

Dame fuego y... cállate

Lo de que las drogas matan 
lo sabemos todos,
pero el amor más.
Y peor. 

Lo de que fumar mata
está escrito en cualquier sitio,
pero del amor
sólo se atrevió Sabina a decírnoslo.

Lo de que si bebes no conduzcas
no paran de repetírnoslo,
pero que hay accidentes por amor
eso, ni sale en la televisión.

Lo de que estudies una carrera
va implícito en nuestra adolescencia,
pero que te masturbes con mucha fuerza
nadie se atreve a admitirlo.

Que lo malo es malo,
y no podemos equivocarnos,
pero lo bueno que es malo,
nadie quiere aceptarlo.

sábado, 1 de marzo de 2014

Autodestrucción en pretérito imperfecto

Se escribió a sí misma un poema.
Se describió de dentro
hacia afuera,
se dejó la piel,
la sangre
y las venas.

Se escribió en un poema,
escribió el pasado,
dibujó con tinta todo lo malo.

Se escribió con delicadeza,
escribió cicatrices,
escribió rarezas.

Se escribió a sí misma en un poema,
cogió un mechero y quemó las hojas,
así convirtió en cenizas
todo aquello que nunca quiso.

Se escribió a sí misma en un poema
y lo llamó "autodestrucción poética".

Quemó su pasado,
quemó sus palabras,
desapareció entre el fuego
y empezó poemas nuevos.

martes, 25 de febrero de 2014

En blanco

Esto es un poema en blanco
Esto no es más que un silencio.
                                                    Es  n a d a.

Esto podría no estar escrito, y llenaría lo mismo
incluso más
o menos.

Es un poema vacío,
lleno de versos.
Es un poema lleno 
con demasiado vacío.

Esto es un silencio largo,
un momento incómodo,
una mirada que se cruza en el metro
para ser apartada de pronto.

Esto es todo aquello que te incomoda,
todo aquello que me alegra.
Es todo lo que te rompe,
todo lo que me llena.
Esto es todo lo que quemé,
todo lo que no hay.

Esto es un poema en blanco.
Esto no es nada.
Esto fue todo.




sábado, 22 de febrero de 2014

Esto no es literatura/Vemos lo que queremos ver.

Como bien dice el título de la entrada, este post no es literatura. No, ni es poesía ni es un cuento. Sin embargo, voy a hablar de algo científico y empírico a la vez que abstracto. Voy a hablar de confundir lo real con lo irreal. Empecemos por el tejado. ¿Existe Dios? ¿Existen 11 dimensiones? ¿Existen los universos paralelos? ¿Lo infinito es infinito? En mi opinión no, sí, sí y sí (aunque me angustia la idea). Sin embargo, para un creyente la respuesta sería sí, no, no y sí (supongo). ¿Por qué cambia la opinión tan radicalmente de una persona a otra? ¿Es sólo cuestión de las formas de ver el mundo, la realidad? Si no podemos ponernos de acuerdo entre lo que es real y lo que no, ¿podemos acaso ceñir nuestro punto de vista a la realidad?
Demos, pues, una definición de qué significa la palabra real. Según la RAE: 
real1.
(Del lat. res, rei).
1. adj. Que tiene existencia verdadera y efectiva

Que tiene existencia verdadera y efectiva. Y para la gente que cree que Dios existe, que no es mi caso ¿tiene existencia para ellos verdadera y efectiva? ¿Efectiva? Achacar un acto fortuito a un ente divino es una conducta supersticiosa que, para más inri, más de uno diría que es estúpida si se usara en otro caso como puede ser creer que da mala suerte pasar bajo una escalera.
Pero ¿tiene existencia verdadera y efectiva la creencia de que el universo es infinito? ¿Tiene existencia verdadera y efectiva el suponer que existen hasta 11 dimensiones? Es posible que, como si fuera una moda pasajera, nos fiáramos más de la ciencia que de la religión. En la Edad Media era común la creencia de que el ganado moría por brujería y no por enfermedades que adquirían los animales. ¿Por qué nos fiamos más de una ciencia que nos aporta datos empíricos que de una religión que no los aporta? Para los cristianos, como ya dije, la religión aporta datos puramente empíricos. Para el resto de personas, no. ¿Son irreales los conceptos en los que basan su ideología?
irreal.
1. adj. No real, falto de realidad

Si para ellos no está falto de realidad, ¿por qué para los demás no?
En resumen, no podemos hablar de realidad. La realidad es variable, la irrealidad también lo es. Quién sabe si ahora mismo estáis soñando o estáis leyendo esto. Quién sabe si no estáis vivos sino muertos. A fin de cuentas, ¿quiénes somos nosotros para hablar de la realidad? Daos el beneficio de la duda. Y ahora... 1, 2, 3, despertad.

(Y ved este vídeo)

viernes, 21 de febrero de 2014

Autarquía emocional

No sé si esto es una declaración de independencia
de mi misma
o un relato de autodestrucción.

Cada noche te entrecruzas en mi cabeza
con tu nombre y el mío,
a punto de borrarse
y me das la pluma,
y me pides escribirte algo que los salve.

Pero las palabras se pegan en mi mente por salir navegando en tinta,
y antes de la meta
se han matado unas a otras.

Y no sé que hacer para que te quedes.

Mientras te vas dibujo hojas en el suelo
para adelantar el final del otoño.

Que ya se sabe que en primavera florece todo lo que se dio por muerto.

Como mis palabras,
que te buscan
y me encuentran en el mismo sitio donde me dejaste,
con la misma pluma
y el mismo folio,
y cuatro palabras que harán que te quedes conmigo para siempre,
y que yo me vaya.

En medio de ese folio cuatro palabras,
un "ya no te quiero".

Escrito a lágrimas y tiempo
escrito a besos tuyos con ella
escrito a los "espérame"
escritos a daño y hechos.

De mi puño y letra,
más para mí que para ti.
quédate tú que yo me voy
"ya no te quiero".

Me declaro en autarquía emocional.

                                                                                                Declaración de independencia, 21.Feb.2014

jueves, 20 de febrero de 2014

Queridos abuelos: deberíais ser eternos...

..si he aprendido algo en mi veloz vida, es que si alguna vez encontráis algo más poderoso que la palabra: huid.


Existen a menudo superhéroes que no son reconocidos mundialmente, no llevan antifaz, ni revolotean por encima de la ciudad. En cambio, éstos levantan el peso tan grande de la vida para que no les caiga a los demás, y nos salvan.


Ellos odian los médicos, porque jamás dicen nada bueno; les encanta madrugar para verse en cada despertar; odiar la navidad con sus árboles nevados; envejecer mientras ven Cuéntame; recolectar recuerdos y sembrarlos en el jardín; brindar con vino para celebrar fin de años; beber el café solo; detestar los aeropuertos y las fotos arrugadas; llorar sólo si nacen las lágrimas. Son carne de cañón, metáforas emergentes que salvan cualquier nación, confían en la luna y solo sonríen al sol si ven amanecer desde el salón. Un día unieron su dualidad, se prometieron amor y otras fechorías. A día de hoy no han derrotado a millones de villanos, pero con o sin capa siguen siendo unos verdaderos héroes.


Por este motivo,

he decidido asistir al parto de la eternidad para que sean pluma y papel.

martes, 18 de febrero de 2014

Espectros, infiernos y seres demacrados (Reflejos III)

Recuerdo perfectamente la noche en que vi un espectro. Aquél día empezó como otro cualquiera: un Sol arrollador de mediados de julio, un calor que te derretía el cerebro de mediados de verano y una sed degolladora eran las características de cómo me levanté. En resumen, un día cualquiera de verano. Los periplos que me proponía hoy consistían en seguir tirado en la cama durante toda la mañana y no hacer nada hasta que cayera la noche salvo comer, dormir e ir al baño cuando fuera necesario. El calor era tan sofocante que ahogaba cada célula que vivía en mí, y eso me quitaba las ganas de hacer cualquier cosa que conllevara esfuerzo físico y/o psíquico. Lo único que me apetecía era seguir en la cama.

Llamaron al timbre a eso de las 15. El cartero venía a dejar las cartas, tal como era habitual de la hora concernida. Fue una excusa para levantarme de la cama y ponerme a hacer la comida o el desayuno, según se viera. Bajé las escaleras que estaban totalmente a oscuras porque el Sol daba en el otro ala del edificio y abrí la puerta de mi caserón para que el cartero me dejara el correo en la mano. Sólo eran facturas. El cartero iba con el traje amarillo típico de la empresa. Se podía apreciar cómo le sudaban tanto la frente como las axilas, que empapaban la camisa de su traje, dejándola de un color amarillo ocre. Subí las escaleras y puse agua a cocer.

El agua empezó a hervir a eso de las 15:05 y fue entonces cuando eché los macarrones, dejándolos cocer dos minutos. En lo que cocían estuve leyendo Los renglones torcidos de Dios y escuchando Bring on the dancing horses, de Echo and the Bunnymen, pero poco tiempo tuve para ello. Después de comer aún tenía energías para dormir de nuevo.

En ese intervalo de tiempo soñé con el diablo. Vi el infierno con mis propios ojos oníricos, y la verdad es que no estaba tan mal. Se parecía a la Tierra, se parecía al lugar donde vivo. Los seres que lo habitaban no se parecían físicamente a las personas, pero su forma de actuar me recordaba terriblemente a ella. Morfológicamente hablando, eran más grandes que yo, mucho más delgados (a pesar de que yo peso 52kg) y el color de su piel era rojo tostado. Lo único que vi fue cómo unos fornicaban, como clavaban sus penes en sus ortos y en sus rajas. Otros en cambio se pegaban, aplastaban sus cráneos con sus pies en el suelo, destrozando salvajemente lo que parecía su sistema nervioso central. Sin embargo, no sentí ningún miedo, pues me sentí plenamente identificado con el mundo que me rodeaba, con el mundo real. Poco diferían los seres del infierno con los seres humanos incluso cercanos a mí, que salían de noche y se liaban los unos con los otros y se tiraban y follaban a todos los seres capaces de moverse. Yo caminaba por ese desierto humeante, más parecido al desierto de Alabama que a otra cosa. Intentaba llegar al borde de una colina porque podía distinguir desde lejos una figura extraña, parecida una silla. En el camino muchos seres me ofrecieron fornicar, mientras babeaban y se desquiciaban sin participar yo mismo en la conversación. Conseguí llegar impune a la colina y distinguí claramente el objeto que veía en la lejanía: era un trono con un cuadro flotante detrás. En él había un ser extraño a todos los demás que existían en ese desierto, en el infierno. Me acerqué y empezó a hablarme.
- Hola. Veo que has sabido llegar aquí- Dijo.
- ¿Quién eres?- Pregunté, sin establecer ningún tipo de contacto físico entre ambos y sin levantar una sola ceja de mi rostro.
- ¿Acaso no sabes quién soy?- Preguntó. - Soy el mismísimo diablo, el ángel caído, la maldad que habita en todas las personas de tu planeta. Estoy encerrado en este cuadro como castigo para ver todos los pecados que cometí, por alzarme al Santísimo y rebatir sus opiniones.-
Dí un paso atrás.
- Soy la belleza que existe en los ojos de las personas superficiales, ¡todas! Soy la lengua de aquellos que han lamido penes tan grandes como columnas vertebrales. Soy la garganta que ha gritado que no a todas las imposiciones del Estado. ¡Soy Satanás! ¿Me entiendes? ¿Lo entiendes ahora?
Esta vez, levante mi puño contra el cuadro y se partió en mil pedazos, pues no era un cuadro. Era un espejo.

Me desperté sudoroso y angustiado a las 20:37. Esta sería otra noche que no podría dormir, pero lo tenía merecido por hacerlo durante todo el día. Me puse unos vaqueros y una camiseta lisa blanca, cogí el paquete de Marlboro y me calcé. Salí a pasear. Una vez hube bajado las escaleras esta vez con la tenue luz del anochecer y hube abierto la puerta de mi casa, noté un refrescante soplido de aire fresco. Me había crecido tanto el pelo que se me caía el tupé a los ojos y tenía que estar peinándome constantemente. Fumé como un descosido un cigarrillo, con tanta velocidad que casi no me había dado tiempo a llegar al bosque donde iba a sentarme. Al final había acabado por cambiar mis planes de vaguear durante todo el día por dormir, tener una pesadilla y tener que salir a refrescarme con la noche de verano propuesta.
Una vez llegué al bosque, me senté en la tierra y esperé que anocheciera. El bosque estaba en un cerro a las afueras de mi barrio, cerca de donde yo vivía, por lo que era frecuente que bajara allí a despejarme cuando lo veía necesario. La tierra estaba mojada y los árboles secos, dando una sensación de artificialidad plástica vivida sólo en los sueños o en realidades de un día como hoy. Reflexioné. Quizás mi vida no valía la pena. No tenía nada, salvo mis sueños y papeles basura donde los plasmaba. Quizás estuviera muerto en vida. Quizás.

O, tal vez, yo era un fantasma. No un fantasma de cuento para asustar a los niños, ni tampoco un fantasma que asustaría a la gente, sino simplemente alguien que pasa desapercibido. Alguien que pasa tan desapercibido que se convierte en lo más vistoso para los demás. Como el Ángel Caído en el infierno.

Esa noche vi un espectro. Me vi a mí.

lunes, 17 de febrero de 2014

F e b r e r o

Tan cierto
como que los inviernos 
son para tomar café.
Como que las hojas 
se caen en otoño.
Que en verano
no hay quien aguante este calor.
Y que la primavera
sólo me altera a mí.

Tan cierto
como que un año
tiene 12 meses
365 días,
y hace 365,
te dije que te quería.
y desde entonces,
todos los días,
los 7 de la semana
te repito que te quiero,
y siempre decimos "hasta mañana"
aunque no podamos vernos.

Tan cierto 
como que el amor es ciego
como lo pintó Magritte,
y yo ya no veo nada más
que a ti.

Tan cierto
como que cada vez que te vas
te quedas.
Y cada vez que te vas
me llevas.
Y dejas todo tan lleno de ti
que no se si sigues aquí.
Has pintado las paredes
con tu nombre.
Has llenado las sábanas
con tu olor.

Tan cierto
como que tú 
y yo
ya no somos dos.
Somos un solo 
n o s o t r o s.

Tan cierto 
como que después de un año
sólo sé que queda lo mejor
que queda el resto.

Tan cierto
como que esto
es para toda la vida.

domingo, 16 de febrero de 2014

Los tomates de mi frutero

Sólo sé que no sé nada
Ni siquiera sé si pienso
Porque si yo pensara
No escribiría estos versos.

Sólo sé que no sé nada
Los tomates están en el frutero
La confianza en el tintero
Y los corazones en el cementerio.

Los tomates frutas son
Por eso están en el frutero
Porque semillas llevan dentro:
Son manzanas del amor.

Sólo sé que no sé nada
Aunque, teniéndolo más claro,
Sé que no pienso nada
Sólo porque si yo pensara
Todo el daño que hago no sería nada.

Y de nuevo, teniéndolo más claro,
Sé que soy un tomate.
Sí, soy un tomate
Porque, aunque esté en el frutero
Y tenga semillas por dentro
Y tenga un color bello
No soy dulce, ni mucho menos
Soy amargo al natural
y confundo a los demás
Pues mi color rojo fuerte
Y mi colocación en el frutero
Pueden hacer pensar
que soy dulce. Y algo más
Que soy sano
Y no lo soy.

Y ahora que te has dado cuenta
Recalco, que os habéis dado cuenta
De que engaño por dentro y por fuera
Me he quedado sin pulpa
Sin semillas
Y paso a mejor vida.
Porque ahora me di cuenta
De lo que dicen los sabios:
Que el tomate no es una fruta
Que el tomate no es verdura
El tomate es único
Pocos prueban su sabor
Y quienes lo prueban y tienen paciencia
Saben lo que dicen los sabios
Que es la manzana del amor.