sábado, 26 de julio de 2014

Ausencias

Ella siempre que follaba iba borracha,
o siempre que iba borracha follaba,
ya no lo sabia...
La cosa era que bebía a diario, y
entre sudores se proclamaba la dueña de los círculos viciosos de viciosos,
todos viscosos con sus sexos mojados y sus corazones rotos.

A mi el mundo me obligó a ver porno desde chiquitita,
camuflado en anuncios
bajo logotipos de grandes marcas
y mujeres esqueléticas jadeando por colonias caras.

A medida que crecí madure
y me metía en páginas de mujeres normales con sus buenas curvas
gimiendo por pobres fontaneros y hombres con oficios de poca monta.

Ella se quería mucho más que todas aquellas remilgadas de bragas atadas,
guardando la virginidad hasta que encontraran al hombre de sus vidas,
entregando lo que no cualquiera podía conseguir.

Pero se equivocan,
ella sabe que cualquier hombre con un sueldo medio
puede alquilarse una vagina por un par de horas.

El día que se enamore regalará lo mas preciado que tiene
aquello que cualquiera no puede conseguir,
su sufrimiento
el dolor de la pérdida.

El día que se enamore se marchará
a sabiendas de saberse amada,
porque el amor no se define entre bragas caídas,
sino en espacios vacíos
y lagrimas saladas,
ausencias.



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