Quisimos correr tan rápido que cuando menos no lo esperamos se nos desataron los cordones. Y paramos.
Reanudamos el spring,
tal vez tarde,
porque nadie nos cronometró,
y cada segundo perdido lo recordamos con temor.
Vaya rumbo,
tus emociones sin salida,
se criaron sin medida,
y siempre huían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario