martes, 19 de febrero de 2013

Los dramas con sus damas

¿Cómo huir de una pena cuándo todos los tristes estamos en cuarentena?

Mi inspiración estaba tan anémica como las modelos de lencería fina, ya no le quedaban poemas a los que asustar ni versos que maltratar. Se atribuía tanta maldad que solía planificar toda su falsa verdad, pero siempre fue de sentimientos escasos o de eso se enorgullecía mientras los nervios la consumían aquellos insólitos días. Todo una drama repetía en mi cabeza mientras su eternidad flaqueaba hasta llegar al punto de poder ser olvidada, eso realmente la acojonaba. La alegría fue un lastre del que carecía y la pena resultaba ser tan serena que jamás yacía marcos con sonrisas, solo pedía subsistir con lágrimas vacías. Entonces llego al mayor punto sórdido en el cual no vivía ni menos lo hacía, únicamente recordaba con temor aquellas palabras que un día de Neruda leyó "Para que nada nos separe, que nada nos una".


Y una mañana la inspiración se largó, con un posit en mi mente donde ponía que hoy irá a cruzar las fronteras que la era imposible vivir tan solateras.

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