martes, 22 de octubre de 2013

Los monstruos ya no me caben debajo de la cama

Errar es de sabios
Y correr de deportistas,
parecemos todos tontos,
con esa manía de enamorarnos de quién no nos corresponde.

Con esa manía de querer ir detrás de lo que tenemos delante,
 en vez de pararnos a esperar al que nos busca.
Remover cielo y tierra no sirve de nada si buscas una aguja en un pajar.

Nos empeñamos en hundir mas aquello que flota en la superficie de nuestras posibilidades,
nos autolimitamos con falta de fe y oraciones a un dios que nunca nos a demostrado estar.
Mi madre, mi madre si que estaba,
para vestirme las mañanas de clase cuando aún estaba adormilada,
para darme una colleja cuando guarreaba con la comida,
para consolarme cuando las pesadillas asaltaban mis sueños.

Pero ahora las pesadillas me persiguen en la realidad
y no tengo a donde huir si no me apagas la luz y me besas despacito
y me dices que todo va a ir bien mientras convences a mis miedos para que esperen a que acabes de quererme.
Pero los monstruos ya no me caben debajo de la cama
y han salido a esconderse por la ciudad,
me esperan en los bares donde llegas tarde.

Dicen que el pretérito nunca fue perfecto,
 ni el pasado simple
pero mi presente impera un tiempo mejor.

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