miércoles, 4 de diciembre de 2013

Acaríciame las alas

Que yo cuando me pongo, te pongo.

La gente confunde que te corten las alas con que te las acaricien,
pero no está mal del todo tener a una persona
que te de valor de vez en cuando,
y que suba tu precio para que no te vendas por besos baratos.

Quizás quieras compartir tus ganas de volar
bajo las sábanas,
en la misma cama,
en la misma piel,
y con las mismas ganas.

Pero no tengo tiempo y el cielo se ha nublado
de miedo de querer más, así que,
lo único que puedo decir es:
¡que nos parta un rayo!

Prefiero morir en la tormenta de no saber si soy suficiente
que quedarme tirada en el sofá sabiendo que me quieres.

Así que escóndeme las esperanzas
que no sé si voy fría fría o caliente caliente.

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