La fragilidad de una mariposa volando a barlovento, el miedo de volver a lo mismo o al cambio, querer pararte un momento y odiar lo que estás haciendo. Caprichos y sin sentidos, decepciones y abismos, dignidad y taxis. A lo largo de mi vida he querido renunciar a todo aquello que no me hiciera feliz por lo que creía que sí, pero al final todo estaba mal, del revés. Tengo un temor abrupto de otorgarle la pasión a la imposible, de que me digan que no, está mal, es imposible. Porque al fin y al cabo nada tiene sentido, ni esto que estoy escribiendo por miedo a empezar a contarle mis penas a cualquier desconocido que creo conocer.
Necesito irme o volver, yo qué sé,
pero que alguien me salve de una vez,
porque me he perdido y no sé volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario