jueves, 10 de enero de 2013

Recuerdos aturdidos

Comenzaré parafraseando uno de mis peores recuerdos grabados en mi memoria, en mis memorias. En mis memorias de cómo olvidar.
"Domingo, 19 de junio de 2011 a las 18:43. No tengo ni idea de cómo empezar ésto, así que dejaré que todo lo que escriba salga solo, sin empuje alguno, de lo más profundo de mi interior.
Hace casi un año desde que ésto empezó y todo sigue como al principio: vacío. Creo que nunca lo había pasado así antes con nada ni nadie. Es decir, nunca nada me había salido bien (obviamente en este sentido), pero tenía la esperanza de que, en este caso, al menos las cosas no fueran peor.
Como cada día se aprende algo nuevo yo estoy esperando a aprender que ésto no me haga daño, pero aún no he encontrado la forma. Supongo que tendré que seguir buscándola en mi interior, porque los monstruos no están bajo mi cama, sino en mi cabeza."

A día de hoy puedo decir y digo que las cosas no te dejan de hacer daño, simplemente aprendes a convivir con ellas. El dolor no se olvida, y mucho menos cuando el dolor que sientes es sinónimo de olor a carne cruda, de sonidos de bebés llorando y de tener tu cara en mis manos y no poder tocarte.
Pero te acostumbras.

Á.

No hay comentarios:

Publicar un comentario