Y como prometí,siempre estaba ahí, en la memoria, pero en un rinconcito alejado donde se almacenaba el polvo y nadie se atrevía a mirarlo.
Él prefería ser olvidado,
a vivir apagado,
en el rincón de los recuerdos alejados.
Ella no quería quitarlo, vivía con miedo a recordarlo
y volver a amarlo.
Entonces ella le susurró: "Seremos inherentes bajo esta mente indecente, en la que decidí tenerte para siempre"
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