sábado, 13 de abril de 2013

Funambulista de errores

Quedan tantos edificios por quemar y tan solo tres cerillas por usar.


Te he buscado a tientas por cada esquina de la ciudad, pero la niebla era tan espesa que a pesar de mis aullidos noté que te habías ido. Ésto es mío y ahora también tuyo. Quiero compartir este absurdo sentimiento con un alfabeto cálido y desarmado, qué espanto el de mis palabras que marchitan brotando como una tormenta de estaño; metales ardiendo para poder soldarlo.  Espero que esta lluvia se estremezca a una única hora y el reloj firmé una tregua con esta áspera espera. No puede pedir menos al factor tiempo, que seducirle con metáforas y acariciar como si fuera el último a cada uno de sus segundos. 

Igual derribé la vergüenza, y te tatué el arte por todas partes, pero entre que tú eres inerte y mi pasión transparente nunca fue vista explícitamente. Me he levantado con la guitarra bajo el brazo para hacer un acústico en lo alto de tus pestañas, para tocar cada una de tus lagrimas. Deberás de perdonarme por no poder cogerlas, tus gotas de tristeza pesan tanto que quizá al agarrarlas sería una funambulista de mierda. Probablemente cayese. 

Otra cosa no pero la cerveza y la ficción es un tema de alta aviación. Cuando ambas se juntan comienza una cúspide de problemas. "Ya no te quiero" del mismo modo que dije "dejaré de fumar" y no lo he hecho. Siempre miento y nunca me despido al completo. Podrás detener al más canalla de mis versos e interrogarle que qué es lo tramó, pero tanto él como tú compartís algo:  sois especialistas en errores nubilistas. 


La espuma de la cerveza esconde mucha poesía y bajo la poesía estás tú. -pseudopríncipe azul-.
Así que esto es lo que tengo: una caja de delirios, un rifle y una despedida incompleta.

por si alguna vez te vuelvo a ver y me aburro; 
te vuelvo loco y te pego un tiro.


 -quién dice un tiro dice un delirio- 

No hay comentarios:

Publicar un comentario