martes, 30 de abril de 2013

Café contigo... o con tostadas


Llovía sin parar, sin que el agua me limpiase los pensamientos, que cada día parecí­an estar más sucios
El viento me llevaba más allá de lo que quería, por un camino que no me servía de guía y jugaba a despeinarme como no lo hací­a la cama.
Y entre tormentas y tempestades, entre días de sol más frí­os que el hielo, y días de invierno con calores veraniegos, 
decidimos estar locos.
Decidimos, una noche, que éramos invencibles, como dice la canción.
Y creímos en la locura, a pesar de lo que los cuerdos digan.
Creímos, como un cristiano en Dios.
Creímos en ti, y en mí.
                                    En nosotros.
 Creímos y creamos.

Empezamos a mezclarnos, como el azúcar en el café
Empezamos a endulzarnos la vida.
Y la verdad, es que me sabe mejor que cualquier desayuno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario