miércoles, 8 de mayo de 2013

Te cambié la vida cuando te comenté que no existía tu vida más allá del papel,
de la poesía,
que entre gramos subsistías para delirar, y recitar.

Que tus monstruos los has creado tú,
ahuyentalos con ladridos,
y algún que otro suspiro.

Yo no sé escribir más allá de la melancolía,
como que tú no sabes vivir más allá de la poesía.




pero no nos fue tan mal, porque sobrevivimos, con daños y prejuicios, pero lo hicimos:

el amor, una y otra vez, como si rebobináramos una cinta de porno al revés.

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